LOS SONIDOS DE LIBERTAD EN EL APARTHEID:
MÚSICA Y RESISTENCIA
Música y resistencia en contra del racismo en el Apartheid
Durante el proceso histórico colonial de lo que hoy llamamos República de Sudáfrica, el régimen buscó controlar en su mayoría los medios de producción ideológica; para cumplir con tal logro establecieron un modelo de enseñanza escolar eurocéntrico y desigual (existían colegios especiales para blancos en los cuales los negros no podían ingresar). Es eurocéntrico en tanto que el relato histórico que enseñaban en los colegios era la versión occidental. Nelson Mandela en su autobiografía menciona que, durante su infancia en el campo: no sabía que la auténtica historia de nuestro país no era la que se contaba en los libros de texto británico al uso, que afirmaban que Sudáfrica inició su andadura en 1652 con la llegada de Jan Van Riebeeck al Cabo de Buena Esperanza. Gracias al jefe Joyi empecé a descubrir que la historia de los pueblos que hablaban bantú había comenzado muy lejos, al norte, en una tierra de lagos, verdes llanuras y valles, y que lentamente, a lo largo de milenios, nos habíamos abierto camino hasta el extremo mismo de este gran continente.
La enseñanza de una historia eurocéntrica no era en vano, de aquella manera, el régimen buscó despojar a los pueblos autóctonos de su pasado y por ende de su identidad. Contaban en tales libros de texto un pasado limitado de la historia de África. Se enseñaba, como dice la escritora Chimamanda Ngozi Adichie “el peligro de una sola historia”.
La cuestión que nos concierne de este fenómeno es como el gobierno colonial se apropiaba de la enseñanza escolar y cómo a través de esta se creaban discursos eurocéntricos que condicionan las mentalidades de los jóvenes estudiantes y los insertan en dinámicas de discriminación racial. No obstante, la historia no solamente se entiende a través de los dominadores o de los vencedores ‒cómo Churchill dijo‒. Frente a estos discursos que se podrían llamar hegemónicos existían discursos contra-hegemónicos en donde la oralidad como tradición en la cual se contaba la cosmogonía de sus ancestros y la historia de sus pueblos contradecía la versión europea y colonialista de la historia.
ANÁLISIS MUSICAL
De modo que lo que vemos es un intento por parte del régimen de segregación racial de construir un relato homogeneizador que se inserte en las mentalidades de los colonizados. De aquella forma el discurso racista influía en la autodeterminación histórica del individuo sur africano intentándolo despojar de ideas que pudiesen atentar contra el dominio de una elite blanca. La pregunta que surge a continuación es ¿realmente este relato racista lograba homogeneizar tales individuos? Para responder la pregunta tendríamos que analizar dos dinámicas importantes. En primer lugar, no nos podemos referir al sujeto colonizado como pasivo. En realidad, la resistencia de los pueblos por diferentes medios como la oralidad, las acciones directas (protestas, huelgas, sabotajes), y la música eran un obstáculo para una homogeneización total. La segunda dinámica obedece a la limitación misma del alcance de un discurso a través de un medio de difusión limitado como la escuela. Con esto hago referencia a un espacio en donde se trabaja con una cantidad limitada de individuos, en unas instalaciones limitadas, con unos utensilios limitados, que hacen que el discurso solo impregne en aquel grupo humano que catalogamos como “estudiantes”. Estos últimos son solo una parte de la sociedad que fluyen en un mar de discursos que también son ajenos al mundo escolar, es decir, también se apropian de los conocimientos y tradiciones de sus familias, tribus y clanes.
Álbum: Slave
Fecha de lanzamiento: 1988
Los padres son las personas de las cuales dependemos
Para el crecimiento de los niños
Si los tratan bien
Vamos a tener un futuro más brillante
Si los tratan mal
Vamos a tener niños mal criados en el mundo
Si crecen sin los padres
¿Quién va a decirles que es lo correcto?
Si crecen sin los padres
¿Quién va a decirles que es está mal?
Tienes que sacrificar tu tiempo
Sólo piensa en los niños
Si crecen sin los padres
¿Quién va a decirles que es lo correcto?
Sin la madre, los niños sufren
Sin el padre, los niños sufren
Sin los padres, los niños sufren
Nacida para sufrir, nacida para sufrir
Nacida para sufrir, nacida para sufrir
Tienes que vigilar a mi hijo
Si a tu madre no le importa
Tienes que vigilar a mi chica
Si a tu madre no le importa
Necesitan cuidado parental
Necesitan atención especial.
Think about the children
Lucky Dube
Esta canción de Lucky Dube nos involucra directamente en el tema de los niños. Estos últimos por su condición de niños son fácilmente moldeables en su mentalidad, valores y comportamiento dentro de un sistema educativo colonial que busca el servir de plataforma para establecer un dominio en el plano educativo, inventando, por ejemplo, una historia eurocéntrica que no corresponde a la realidad de Sudáfrica y del continente africano.
En principio, esta canción me permite mencionar que a través de la frase “los padres son las personas de las cuales dependemos para el crecimiento de los niños” podemos entender que es imposible establecer la existencia de un sistema único absolutista desde el Estado que se encargue de la enseñanza a los niños en cuanto que la familia, específicamente los padres, ocupan el lugar más importante en la educación infantil. De esta forma la canción hace una invitación a cuidar a los niños.
De la misma forma por medio de la letra puedo identificar la enunciación de un sistema de clasificación de lo que es correcto o incorrecto: “tratar bien (a los niños)” tiene como resultado “un futuro más brillante”; “Si los tratan mal” conlleva a “tener arrapiezos en el mundo”; “Si crecen sin los padres” no “van a saber qué es lo correcto” ni “que está mal”. Esta división de lo correcto e incorrecto nos deja entender la importancia del funcionamiento de la familia como un espacio contestatario contra el gobierno del apartheid. Los discursos histórico-racistas que eran promovidos en las escuelas eran controvertidos y respondidos por medio de la educación familiar. Asimismo, la música antiapartheid generaba en sí misma, por un lado, una protesta a través de sus letras y por otro lado configuraba y representaba teóricamente una forma de comportamiento de oposición al régimen.
Los medios de comunicación, que son en sí mismos un centro informativo en donde en el imaginario social con frecuencia representan lo “verdadero”, son una fuente constante de producción discursiva, por ende, ideológica. Los periódicos oficiales contribuyeron a la creación de un relato moralista sobre el (lo) bueno y el (lo) malo, o lo que es lo mismo, sobre el gobierno afrikáner legítimo y el terrorismo del CNA.
La prensa oficial, es decir la del gobierno y la de la élite blanca, impactó en dos planos en particular: primero, en el plano nacional en donde crean constantemente una estigmatización hacia el individuo “negro” como un “terrorista” o una “raza” predispuesta al crimen; segundo, en el plano internacional: en donde las noticias sobre las acciones violentas de la Lanza de la Nación le quitaban validez al Congreso Nacional Africano como movimiento político alternativo al gobierno colonial, quedando este encasillado como un movimiento “terrorista”.
Los medios de comunicación bien sean escritos o audiovisuales en la Sudáfrica del Apartheid han sido utilizados históricamente como método para la manipulación de las masas. Han tergiversado la realidad, con la finalidad de servir a los intereses de una élite blanca. Del mismo modo sirvieron como plataforma de reproducción y ratificación de la hegemonía blanca.
Malcolm X alguna vez dijo que “si no están prevenidos ante los medios de comunicación, los harán amar al opresor y odiar al oprimido”. La fabricación de “amar al opresor” y “odiar al oprimido” es discursiva en cuanto que los medios de comunicación crean una narración (que en el caso del Apartheid fue principalmente a través de la prensa escrita) moralizante sobre los valores que benefician a la élite.
Álbum: An Evening with Belafonte/Makeba
Fecha de lanzamiento: 1965
¡Aquí estoy negro, Verwoerd!
¡Aquí estoy negro, Verwoerd!
¡Aquí estoy negro, Verwoerd!
¡Aquí estoy negro, Verwoerd!
¡Aquí estoy negro, Verwoerd!
¡Aquí estoy negro, Verwoerd!
¡Aquí estoy negro, Verwoerd!
¡Aquí estoy negro, Verwoerd!
An Evening with belafonte
Miriam Makeba
Mientras el gobierno decía que la “raza” negra era “inferior”, en las calles de Sudáfrica se cantaba “Aquí estoy negro, Verwoerd”. Esa frase reafirmaba el orgullo de ser negro, adicionalmente genera un discurso contrahegemónico que atenta contra el relato racista del gobierno; el contenido de este pequeño enunciado es muy potente, con pocas palabras lograba dar un mensaje en contra del racismo y simultáneamente producía resistencia. De la misma forma, Makeba no solamente se conformó con reafirmar su posición como negra, también le da un mensaje al primer ministro de Sudáfrica de aquella época: Hendrik Verwoerd. Aquel mensaje era una respuesta a sus políticas racistas, pero también una declaración de lucha “¡Aquí estoy negro, Verwoerd! ¡Aquí estoy negro, Verwoerd!”.
Como ya se ha presentado anteriormente las leyes se fundamentan y se justificaron en parte a través de discursos racistas. No obstante, en sí mismas presentaban un discurso racista con la particularidad de residir inmersas en un marco legal. La ley está inserta en un dispositivo de justicia. La pregunta obligatoria es: ¿Qué entiende por justicia el gobierno afrikáner? Sería ingenuo considerar que la cuestión económica está afuera del concepto de justicia en un régimen colonial, en realidad la ley servía a la explotación laboral del “negro” y creaba un aparato artificial cimentado en el racismo para legitimar aquella explotación.
Con esto no quiero plantear la teoría reduccionista (economicista) en la que todo se fundamenta sobre una base económica. Sin embargo, sí podemos ubicar una relación entre lo económico y/o legal. Profundizando en el tema que nos compete, las leyes recogen una serie de discursos racistas preconcebidos y tienen como producto un discurso que no es científico como el del darwinismo social, ni está en el marco de la pedagogía como el de los libros de texto, sino que más bien es un discurso basado en la “justicia” insertado no solamente en un aparato de “lo que es justo” o “lo que es injusto” sino que también en todos los procesos de castigo y de judicialización de quienes rompan estas leyes. En resumen un modelo de justicia racista represivo.
Hemos visto entonces un esbozo del sistema de pensamiento que está detrás del concepto de justicia. Sin embargo, esta conceptualización no es absorbida en su totalidad por el pueblo ancestral africano, de modo que existe un fracaso por parte del régimen colonial en no imponer su visión de justicia. Este fracaso se debe en parte a los discursos contra-hegemónicos del pueblo sudafricano; en ese punto es donde entra el papel de la música en la generación de resistencia a través del significado del término justicia que contiene las letras musicales.
Álbum: The Promise of a Future
Fecha de lanzamiento: 1968
Hela Chileshe
No dejes que te llamen limón.
Aquí hay un hombre
¿Cuándo te despertarás?
Vamos
Deja de insultar a otras personas
Eso es gente
Cuando vas a leer (hola tu Boers)
Helele boers
Deja de llamar a otras personas que apestan
Eso es gente
¿Cuándo fumarás (parar, saltar)?
Aplastar a los criminales
Deja de apuñalar a otras personas con cuchillos.
Eso es gente
Cuando vas a crecer (con nuestra libertad)
Con nuestra libertad
Pude verlo
Veo nuestra sangre derramada por nuestras manos.
Armar, unirse a nuestra familia
Empezar a ser visibles
Las naciones se ríen de sí mismas
Escucha con amor
The promise of a future
Hugh Masekela
El significado de justicia que está implícito en esta canción se cruza con dos términos claves: “libertad” y “somos gente”. Cuando en la letra aparece “somos gente” se plantea que los bóers no respetan la humanidad de los africanos negros, los “insultan”, los “apuñalan” les llaman “apestosos” porque no los consideran “gente”; en el sistema de sentido de la letra se pone en cuestionamiento el relato de los bóers sobre la inhumanidad de los negros y reafirman su condición humana.
En el sistema de justicia del apartheid existía la división de dos clases de ciudadano, por un lado, el ciudadano blanco africano y por otro lado el ciudadano negro africano, esto proponía que su condición de humanidad era diferente, siendo la del blanco superior a la del negro, por ende, el primero tenía más derechos que el segundo. La pieza musical cuestiona esa división y plantea un reconocimiento de igual a igual en términos de justicia y economía. Aquel reconocimiento no solamente en lo teórico, sino que también en la praxis es “la libertad”.