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LOS SONIDOS DE LIBERTAD EN EL APARTHEID:

MÚSICA Y RESISTENCIA

Música e identidad Sudafricana

Influencia de la música en la identificación del individuo como sujeto afro.

En la magna obra de Borges encontramos un texto sugestivo para quienes reflexionamos sobre la memoria e identidad. Su cuento Funes el memorioso, trata sobre un hombre que recuerda absolutamente todos los eventos pequeños y grandes de su vida. Cuando leí ese texto en el primer semestre de mi carrera me hice la pregunta opuesta al sentido del libro: ¿Cómo sería un hombre sin recuerdos, sin memoria? Me imaginaba un ser parecido a un recipiente sin contenido, una persona sin lenguaje, sin religión, sin tradiciones, sin identidad nacional; sin recuerdo alguno de su familia, comunidad, etnia, clan, tribu, etc. Pensaba en un sujeto incapaz de realizar preguntas complejas sobre su existencia, es más, no tendría conciencia de su existencia ¿Cómo podría tenerla? Más adelante, a medida que pasaban los semestres y reflexionamos sobre el concepto de tiempo, agregué otra característica a ese individuo incapaz de acordarse algo: no tendría capacidad de percibir el tiempo, no diferenciaría sobre aquello que se llama pasado, presente y futuro. Aquel ser desmemoriado sería, en últimas, un personaje proclive a la manipulación debido a la falta de conciencia de su pasado.

 

Se pretende entender el concepto de identidad mucho más allá del de identidad nacional; más bien me interesa ver cómo el grupo que he llamado durante todo este trabajo “colonizado”, “africano” y “negro” se autodetermina en un régimen como el del Apartheid a través de la música. Las canciones no solamente sirven como fuente para determinar series de elementos de identificación, sino que también sirven como medios o plataformas de expansión de ideas que se insertan en la mentalidad del “ser negro” en aquel espacio-tiempo. Adicionalmente planteó la existencia de un campo de guerra ajeno a las armas y a los soldados durante el Apartheid. Me refiero al campo de guerra por un relato del pasado, un relato histórico que influyera en aquel presente y que ubicará a cada actor de la historia en determinada posición: uno como colonizado inferior y el otro como colonizador legítimo. Al menos esa clasificación era la pretensión del gobierno de la época, sin embargo, sería una barbaridad histórica decir que aquel gobierno lo logró. De modo que, así no se lograra tal pretensión, si hubo un intento a partir de diferentes métodos por imponer su versión del pasado‒manipulada con fines de dominación‒, generando un nuevo campo de guerra con un nuevo conflicto: la identidad vinculada al pasado.

Canciones, cantos de protesta e identidad

Senzenina? (what have we done?)

 

Xhosa / Zulú  

Senzenina?  

Somo sethu, abumnyama? 

Sono sethu yinyaniso?

Sibulawayo   

Mayibuye i Africa

​

¿Qué hemos hecho? ¿Nuestro pecado es ser negros?

¿Nuestro pecado es la verdad?

Nos están matando

Que regrese África

Seleccioné esta canción por su carga reflexiva sobre el pasado. La afirmación: “Que regrese África” hace referencia a aquel pasado pre colonial, referencia llena de significado. En primer lugar, la forma en la cual está construida la oración plantea que, lo que existía en aquella época no era África, o por lo menos no era la misma África, excluye al Estado colonial y al gobierno afrikáner de la catalogación: perteneciente a África. En segundo lugar, esta frase entró en aquel campo de batalla por el dominio del relato histórico construyendo directamente una interpretación de África diferente a la que proponía el régimen dominante.

La pregunta “¿Nuestro pecado es la verdad?”  confirma la diferenciación que hacía esta canción entre la mentira del colonizador y la verdad del negro. Adicionalmente a esta diferenciación, esta pregunta también denuncia a través de la expresión “nuestro pecado” que el régimen castiga la verdad, de modo que el cántico inserta o encasilla dentro de un sistema moral retorcido al gobierno colonial cuando expresa que este castiga un valor como la verdad.

A continuación, en la canción sigue: “Nos están matando”, haciendo énfasis en la raza y en la verdad como causas del asesinato por parte del gobierno hacia los colonizados. Desde una perspectiva de identificación con un grupo, la frase empieza con el pronombre personal en primera persona “Nos”, el cual implícitamente involucra una delimitación de lo que podríamos expresar como un “nosotros”; desde una perspectiva lingüística para la existencia de tanto el significante como el significado de “nosotros” es necesario una concepción opuesta a aquel término que lo diferencie y que lo incluya en un grupo específico, en este caso el opuesto sería “ellos”. 

De modo que realizando un análisis lingüístico profundo del sistema de sentido de esta canción encontramos la autodeterminación de pertenecer a un grupo humano que está siendo asesinado por “ser negros” y por poseer “la verdad”. Los anteriores factores los podríamos llamar factores identificadores de grupo. No obstante, no hay que olvidar el otro factor, el de identificación territorial: “Que regrese África”, la África libre pre colonial; y el factor identificador de grupo que lo constituye la práctica de la música protesta: la resistencia.

I am a communist

 

My mother was a kitchen girl

My father was a garden boy

That's why I am a communist

I´m a communist

I´m a communist

 

Mi madre era una cocinera

Mi padre era un jardineroPor eso yo soy un comunista.

Soy un comunista

Soy un comunista

Antes de proceder al análisis de este cántico, quiero hacer la salvedad que no pretendo identificar a todos los sudafricanos que se oponían al Apartheid como comunistas. No obstante, esta ideología tuvo una presencia total tanto en los partidos políticos de oposición como el CNA y el PAC, así como también en una gran cantidad de ciudadanos sudafricanos. Si bien no existen estadísticas oficiales de cuántos comunistas existieron durante el Apartheid es conocido que era la ideología de oposición predominante en el país en contra del colonialismo capitalista afrikáner. Tanto era así que el cántico presentado era entonado constantemente en las marchas y fue uno de los más populares. Finalmente quiero decir que este es un cántico protesta más no una canción.  

El canto empieza por “mi madre es una cocinera”; en esta oración la identificación primordial es la posición de la madre como cocinera, lo cual implica una relación directa de la madre con el proletariado explotado. En principio puedo decir que la relación familiar y la ocupación laboral junto con la posición social es el eje fundamental de la correlación identitaria entre el sujeto que canta y el identificarse como comunista. Cuando hablo de relación familiar, también lo podríamos traducir a arraigo tradicional de la posición proletaria del individuo y de su familia, aquel arraigo tradicional permite que la persona se identifique con el comunismo y desarrolle lo que Marx plantearía como “conciencia de clase” que implica la conciencia de ser explotado, específicamente por la burguesía. Cuando hablo de ocupación laboral tengo la pretensión de representar el complemento del arraigo tradicional familiar de la persona: ser cocinera significa pertenecer al proletariado.

 

Para la segunda frase “mi padre era un jardinero”, funciona el mismo esquema de arraigo tradicional familiar y de ocupación laboral perteneciente a la clase obrera. Sin embargo, me gustaría agregar que en las dos frases juntas también encuentro otra dinámica de explotación, la sexista: las mujeres en la cocina y los hombres en el jardín. De esta forma puedo plantear que existía en la división del trabajo, además de la variable del racismo, una variable de explotación por sexo.

             La tercera frase es la que otorga el sentido identitario del “ser comunista” al cántico: “por eso yo soy un comunista”, el “por eso” condensa las dos primeras frases. Adicionalmente a ello, esas dos palabras dotan de un sentido de justificación a la frase; la justificación es la legitimación de la conciencia de clase de arraigo familiar hacia la identificación de ser comunista, y ser comunista implicaba oponerse al Estado colonial burgués de los afrikáners.

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